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Ell@s enamoran.

Es la calle, lo cotidiano observado desde fuera del hogar. No, no voy a renunciar a una segunda residencia abierta a esta ventana de un mundo de ventanas contenidas de retratos y de pórticos a los que entrar a indagar; impactos visuales que ordeno en mi memoria y descifro; un acto que reivindico también para vosotros, os incito, os invito a asomaros a las callejuelas del planeta tierra donde moran seres exquisitos. Celeste Mar.

A Sinera voy.

Hoy, custodiado desde abajo por las torres de defensa, me he deslizado sobre los mismos pasos de la historia, por entre una calle empinada que me ha llevado hasta la cumbre y este dulce amor de un mar del que siempre estoy enamorado. Sí, es desde este mirador llenado de azules y de verdes aturquesados, y de un cielo raso atrapado,  en la visión caída a los mismos pies de esta bahía, ahora esculpida en mis retinas, en la línea del horizonte de la mediterránea, desde donde en los siglos atrasados se iniciaron las rutas de los indianos. Ahora es cuando impregnado de la esencia de un relato, en el que un alma se ha desnudado entre una cascada de palabras honestas enhebradas entre la bondad y aquella sinceridad capaz de quebrar a aquel orgullo incisivo que en ocasiones nos envenena. Hoy, custodiado y acunado por una verdad antigua, traída a nuestro tiempo de ahora, a este presente que en ocasiones nos vence, nos manipula y nos confunde y nos nutre de ideas endulzadas que nos distancian. Per

Donald. Sucedió en noviembre.

  De peluquín dorado y rostro altivo y facciones grotescas y miradas extraviadas y decisiones fracasadas, y, de actitudes patriarcales antiguas, anteriores a la época de los valientes cuáqueros. De actitudes dispersadas entre la ira, la falsa euforia y lo primitivo del lóbulo frontal tan conectado con la amígdala; de formas arcaicas como las de aquellos depredadores saurios de dientes picudos terminados en punta, provistos de colmillos fuertes y capaces para desgarrar a las presas halladas por debajo de la cadena alimenticia. Y, al acecho en todas las fronteras, ahora habiendo convocado a los desahuciados, él, muy quieto y callado, agazapado entre los helechos quemados bajo el sol doliente de las áridas tierras de américa; ya, antes de haber llegado, él, les relega, les desahucia de la oportunidad de prosperar en el submundo de los sin patria, les aboca a las amplias y angustiosas jornadas de trabajo, en las que maniatados, les vencen los días comenzados al compás del alba y se suc

Un mar de historias.

Después de avistar en esta tarde casi vencida de un domingo de primavera de la inusual rareza de un mar de nubes venidas desde las empinadas verdes laderas atrayendo consigo a las atentas miradas de las gentes sencillas yendo en busca de ilusiones y de sueños traídos en esos pensamientos mecidos que ahora han sido enviados como emisarios   entrados en un recorrido circular a ras de un medio cielo venido a abarcar estos paisajes de las azuladas aguas cristalinas llenadas de reflejos de color de plata de una única luna que arrulla los memorables mensajes internados en las botellitas de transparencias balanceadas en las corrientes de unas olas atrapadas bajo el influjo del astro rey de este mismo anochecer. Vuelve el azar a enviarme como a modo de otra señal acunada en el lento transcurrir del enjambre de las blancas figuras paseadas al ritmo del pulso atraído en Fujin sobre el lienzo acercado de un firmamento, al venir a ir a improvisar un velero imaginario que me ayuda a navegar e

12 millones de desheredados olvidados.

¿Sabes quiénes son los apátridas?                          Un apátrida es una persona no reconocida por ningún estado que se haya privada de nacionalidad. ¿Alguna vez has oído hablar del fenómeno de la apatridia? Según el derecho internacional en el artículo 1.1 de la Convención sobre el Estatuto de los Apátridas de 1954 establece que “ A los efectos de la presente Convención, el término "apátrida" designará a toda persona que no sea considerada como nacional suyo por ningún Estado, conforme a su legislación”. En el mundo existen entre 10 y 12 millones de personas que no están inscritas en ningún tipo de registro gubernamental que les permita ser reconocidas y a la misma vez las acredite como a ciudadanos arraigados a un estado concreto que les ayude a adquirir derechos, obligaciones y libertades. Las personas privadas de nacionalidad a las que se las denomina apátridas resultan invisibles de cara a la sociedad, algo así como que no existen y se encuentran

Anhui.

Nos encontraremos entre ese paisaje lunar donde nos has abrazado desde siempre con la melodía inigualable de tu voz entonando el cántico de un  amor desnudo y sencillo cercado de cadencias y de olas y de ondas y de conchas y de blancas brumas entregadas y precisas. Melodías venidas, mudadas en aureolas de dos lunas en las que nos mecías trayendo a nosotros las nanas llenadas de esencias y de palabras recorriendo los montes y las laderas y los cielos yendo en busca de las necesitadas elegías regadas de ti que nunca nos faltaron, y, antes de cerrar cualquier atardecer nos vencías sumergiendo aquellos virginales sueños en cantatas llegadas en las manos que nos acariciaban al compás de los adulzados sonidos traídos a nuestros oídos en sonetos y en las odas pronunciadas desde esos labios que ahora nos faltan. Nos encontraremos entre ese paisaje lunar repleto de riscos, de braseros y de vientos en Anhui, y esta deslumbrante estrella en la que se aloja el destello inmanente nacido

Curiosidades de algunos autores.

El célebre autor conocido por todos como Shakaspeare también fue un emprendedor y un negociante implacable; como empresario logró culminar   grandes proyectos a la vez que lideró y fue pionero reinventando el teatro impulsando ideas atrevidas e innovadoras que en ciertas ocasiones le aportaron grandes beneficios económicos y en otras acumuló ingentes y cuantiosas pérdidas, pero, que, haciendo un breve resumen de balance de cuentas, acumuló fortuna liquida, propiedades y también muchos quebraderos de cabeza. Celeste Mar.